Hay noches

Hay noches que parecen producto de una imaginación cansada. Que, como los sueños, se componen de fragmentos que no siempre se pueden unir porque están dislocados en el el tiempo y el espacio.

"¿Qué haces? márcame, no tengo saldo" El mensaje lo envié en un taxi que navegaba sobre la corriente. Aprteté el chaleco salvavidas contra mi cuerpo. Había algo en mis dedos huesudos que me impedía dejar de fumar.
-¿Un café? ¿Un trago?
De pronto estábamos en un bar vacío con música muy alta, pero luego se convirtió en un café sesentero y me regalaban un martini. Y luego estabamos en mi casa y bailábamos y yo estaba vestida igual que en una fotografía. El martini se había vuelto ron.

A la mañana siguiente, un mensaje en el celular me sirvió como evidencia de que a pesar de que funcionó oníricamente, la eterna noche fue real.

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